En marketing, siempre hemos dicho que su foco son los clientes y que la responsabilidad primordial de una empresa son la rentabilidad, especialmente para sus accionistas o el dueño… eso sigue siendo cierto, por supuesto que sí, porque las empresas contribuyen mucho al crecimiento y competitividad del país. Sin embargo, lo que las empresas no deben olvidar, es que hoy en día tienen a un consumidor más exigente, a quien llamo un consumidor ciudadano.
Este consumidor ciudadano, es una persona que no solamente está preocupada de satisfacer su requerimiento, sino que también de exigirle a las compañías que satisfagan en forma responsable su compromiso con la sociedad. Es decir, no aceptamos empresas que contaminen, que se coludan, que hagan ofertas engañosas, ni tampoco empresas que se integren verticalmente a través de «carteles».
El consumidor actual está preocupado por la sociedad, entonces, aunque las empresas tienen la función más importante de contribuir al desarrollo de los países y de las oportunidades de crecimiento, estas hoy tienen la obligación no solamente con sus accionistas, sino que también con la sociedad entera.
Las empresas también tienen que entender que tienen un rol con otros stakeholders, por ejemplo, las comunidades locales donde están presentes, cómo ayudar a mejorar o tener relaciones adecuadas con los proveedores, sobre todo si son empresas grandes, efectuar pagos oportunos, tener una responsabilidad con los trabajadores, pagar buenos sueldos y obviamente no dañar nunca al consumidor.
Quien, además, es un consumidor que está preocupado del medio ambiente, preocupado porque las empresas no contaminen, que los envases no afecten el medio ambiente y que sean cada vez más cuidadosas con la comunidad local donde están presentes.
Profesor Pedro Hidalgo Campos.
Director Departamento de Administración, Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile, Chile.
