Con la llegada del covid-19 a inicios del 2020, la sociedad ha debido adaptarse a las medidas de confinamiento y distanciamiento social. Los impactos de la pandemia han permeado todos los aspectos de la vida, lo que ha implicado una restructuración de las más simples actividades cotidianas. Las organizaciones han debido mutar desde el trabajo presencial al teletrabajo o trabajo a distancia, esto significa que el hogar de las trabajadoras y trabajadores ya no sólo es un espacio personal o familiar, sino que también lo es para el ámbito laboral.
Muchos han catalogado el trabajar en el hogar como un “privilegio”, donde se mencionan algunos de los aspectos positivos, como ahorro en tiempo de desplazamiento, equilibrio en dimensión familiar y laboral, jornadas laborales más eficientes, mayor flexibilidad para cumplir con los roles de hogar, entre otros. Sin embargo, también existen algunos obstáculos al teletrabajo, como falta de cumplimiento de estatutos legales, falta de participación de comités paritarios y organizaciones sindicales, sedentarismo, difusión de los límites entre las dimensiones laboral y familiar de la persona con la consiguiente sobrecarga de actividades, etc.
Dentro de esta nueva dinámica de trabajo, surgen interrogantes respecto a qué pasa con algunas problemáticas o desafíos que se presentaban en la modalidad de trabajo presencial, como por ejemplo situaciones de acoso o maltrato. Se podría pensar que al no haber contacto físico entre compañeros y compañeras de trabajo, estas malas prácticas no tendrían lugar, pero estamos equivocados. La interacción entre colegas, jefes o jefas, subalternos sigue ocurriendo, solo que ha transicionado a metodologías digitales.
Es por esta razón, que Carla Rojas, Coordinadora de Inclusión y Género de la FEN U de Chile participó en la Encuesta Nacional de Acoso sexual, laboral y maltrato en tiempos de teletrabajo, un informe cuyo objetivo es medir estas conductas y ver cómo han evolucionado en tiempos de pandemia.
La encuesta se dividió en 3 dimensiones 1) acoso sexual, 2) acoso laboral y 3) maltrato laboral.
La composición de la muestra correspondía a un total de 300 personas encuestadas, 231 mujeres y 69
hombres.
Principales resultados
Los resultados arrojados por la encuesta muestran que la incidencia de las conductas analizadas siguen presente en los contextos de teletrabajo. Queda reflejado en que no son cifras bajas ni hechos aislados, ya que tanto hombres como mujeres han sido víctimas de estas malas prácticas, sin embargo, son las trabajadoras quienes reportan más situaciones de acoso sexual y laboral, lo cual coincide con la teoría y datos históricos en la materia.
En un contexto de crisis, donde la salud mental ya se está viendo afectada por el aislamiento, la incertidumbre y el miedo, se hace necesario y urgente visibilizar estas conductas, contar con planes de prevención y sensibilización en la temática.
En función de lo anterior, Carla Rojas cree que importante que las instituciones puedan generar las siguientes instancias en conjunto con sus trabajadores y trabajadoras:
(horario de atención de lunes a viernes de 08:00 a 18:00)